martes, 10 de febrero de 2009

Capítulo 2

Vió una de ellas especialmente grande, no pudo resistirse y se la comió. De repente empezó a sentirse mal y se desmayó. ¡Las fresas estaban envenenadas!. Paolo, su dueño, le encontró poco después y, muy triste y asustado porque creía que le ocurría algo muy grave, le llevó rápidamente al veterinario. De camino Tobi empezó a abrir los ojos poco a poco. Se estaba despertando

- ¿Qué es lo que me ha ocurrido? ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí?

Después de examinarlo el veterinario dijo que menos mal que no había comido mucha cantidad de fresas porque estaban envenenadas con veneno de serpiente. También les entregó una medicina con la que se recuperaría totalmente.

De camino a casa su amigo el Trasgu les contó que hacía pocos días, cuando estaba paseando por el jardín trasero de la casa, vió a Diablo, el perro del vecino, hablando con una serpiente. No oyó lo que se decían pero parecía que estaban cerrando un trato. Es posible que Diablo estuviese negociando con la serpiente para envenenar las fresas y así eliminar a Tobi pero...¿por qué? ¿por envidia?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario